lunes, 17 de noviembre de 2008

Encrucijada

Alguien dice que este fin de semana ha sido raro. Prefiero definirlo como..intenso. Ya ha pasado, ya es lunes, y me he tomado la libertad de alargarlo un poquito más saltándome las clases de hoy. Aún así, es imposible escaparse de la maleta, del autobús y de la vuelta a la ciudad que sólo existe hasta que es viernes.

Podría perder todo el tiempo del mundo intentado definir cómo me siento ahora, pero con decir que se me mezclan miles de sentimientos de manera incontrolable, supongo que será suficiente. Me han enseñado a intentar ser optimista y buscar un empujón que me haga coger fuerzas. No sé que tipo de ejercicio terapeutico será ese, pero probaré haciendo caso. Así que, empezaré desde abajo para quedarme al final, con el mejor sabor de boca.

Hoy me siento triste y confundida. Un viaje que de imposible pasó a ser una realidad y que corría el riesgo de verse truncado. No haré un gran descubrimiento diciendo que cómo no, el motivo del que se trata es dinero. Al final, hoy, he podido sentirme bien con un poquito de esperanza, y aún mejor, por la persona que me la ha traído. Eso sí, como puedo llegar a sentirme con ese viaje al otro lado del mundo, es increíble. Explosivo. Ilusionada con el trato de quíen me acompañará y nostálgica ya, por todo lo que echaré de menos cada noche.

Hoy, estoy cien por cien adolescente, aunque haga unos días que deje atrás esa decena. A mis requetebien puestos 20 áños, no les supone esfuerzo encoger mi estómago pensando en quién ha pensado en mí.

Además, cansada. Preocupada por el examen imposible. Nerviosa por todo y nada. Aburrida de que se repita siempre la misma historia. Y, enfadada con la gente que pierde su personalidad, que se deja absorber, que no sabe lo que vale.

Estoy, también, ansiosa por responderme a todaas las preguntas. Impaciente como suelo ser yo. Estoy, expectante, esperando a ver qué opinan de mis nuevos pantalones.

Pensativa, melancólica, asustada, apagada..

Pero, como también estoy con prisas (cosas que nunca cambian) dejaré toda esa mezcla sin darle más importancia y cumpliré la promesa de dejar lo mejor para el final. Contenta, tranquila de saber lo que hoy me espera. Estoy confiada, sabiendo que no hace falta mucho más, que las palabras son lo de menos, para que alguien sepa todo lo que tiene que saber. Sí, también estoy típica, moñas, romántica y previsible.

Estoy temiendo el viento de la calle pero decidida a afrontar lo que queda de día con fuerzas. Este texto, ha quedado demasiado parecido a la que yo era antes, (mala señal hoy), pero por lo menos también deja constancia de algo. El que no sepa encontrarlo, que pregunte..o que imagine. ¡Que para eso están los finales abiertos!

4 comentarios:

María Galán dijo...

es normal creo... yo a veces tmb me siento como era antes... no me gusta demasiado, pero como son días puntuales...

y con lo del Argntina q pasa pues?? :S algo mal? o = te he entendido mal...

weno, mchos ánimos :)

besitooo

Nebulina dijo...

:**** a ver si hablamos!

Cecitei dijo...

Cuando uno crece a veces va arrastrando un poco de lo que "era antes", pero esos procesos por lo general son poco a poco y cuando menos lo esperas las cosas han cambiado...

Tampoco hay que olvidarse de mantener viva la propia esencia.

Y bueno, la actitud de mantener el optimismo y estar consciente de lo que pasa en uno mismo creo que esta implicado en un proceso de madurez...

Saludos chica.

Unknown dijo...

Yo también me siento así algunas veces. Incluso a veces me pregunto ¿ si he cambiado tanto, por qué me veo me sigo viendo igual ? Supongo que el pasado lo llevamos a la espalda, no lo vemos, pero está ahí... Y hay que saber vivir con él.

Te he encontrado no sé como ^^ Soy nueva y no me entero de mucho jaja

Saludos