Resulta incoherente, aunque solo en el momento. Te vas a dormir sin entender que, volverás a tener a esa persona delante y querrás darle un beso, como de costumbre, y que te lo devolvería sin excusas, pero que no lo va a hacer porque eres alguien que no compensa. En el fondo, te lo has ganado a pulso, y lo peor de todo es que conoces los motivos por los que no se inclinan las cosas hacia el lado bueno. Aun así, no vas a cambiar y aunque te hayan aocnsejado, la próxima vez lo harás igual, o incluso peor.
Orgullo, escudos, mecanismos de defensa..cualquier nombre vale. Ninguno acierta.
Al día siguiente, te despiertas, piensas en llorar como la noche anterior y de repente, no te apetece. Te vistes, tomas café, y vas a trabajar. Sí, porque has encontrado un nuevo trabajo que te llena tanto que los problemas se hacen un poquito más pequeños. Te dejas la garganta, te duelen los riñones, te llenan de mocos y vas a contrareloj..pero también te saludan colgandose de tu cuello, te buscan para que los consueles cuando se caen al suelo y frenan con las rodillas o sonrien de esa manera cuando les dices lo bonito que ha qedado ese perro pintando en morado y azul.
Algunos no lo entienden y para otros, es la pequeña alegría diaria. Te convence de que has elegido el camino correcto y te hacen ver que aunque largo, sí compensará.
Son días, que sin saber por qué, lo llevas mejor. Te pones en la piel de tu madre y piensas que a esta edad, y más, por tu forma de ser, estos baches son normales. Que parecen tan altos como un edificio y que a los pocos días (o no tan pocos), han menguado tanto que solo con un salto puedes pasar por encima. Y sí, no te molesta reconocer que algo te corre por dentro al verte obligada a traducir a la palabra nada tantos días, meses, fines de semana de trasnochar, tardes de merienda, mensajes sin gracia que a ti te la hacen, juegos improvisados, momentos locos, momentos nuevos, momentos sensibles, momentos... Y como no te queda otra alternativa, porque la opción de esforzarse sabiendo que no vas a conseguir nada no la contemplas, piensas en más fiestas, en tantos amigos, planes y viajes, detalles diarios, mamá... Y te pueden a la vez la rabia, y la certeza de que nunca llueve eternamente..
¿Sabéis qué es lo peor del amor cuando se acaba? Que se acaba.